Los momentos felices con los hijos son muy preciados. Es muy importante el tiempo que se dedica a la crianza, a la educación, a corregir y a guiar. Pero, ¿cómo pueden los padres de hoy establecer un balance entre su vida personal, familiar y laboral?
Lo primero que se debe aprender es a delegar. La formación de los hijos no debe estar estrictamente en un tercero, pero, en ocasiones son un apoyo para los padres. Son precisamente ellos, quienes fomentan confianza y autoestima en los menores.
¿Cómo medir esos momentos felices?
Lo recomendable para disfrutar momentos felices con los hijos es dedicarle por lo menos entre tres a cinco horas diarias, distribuidas a lo largo del día. Antes de ir a trabajar, la recogida en el colegio, el tiempo para hacer tareas, ver televisión, la cena, son muchos momentos para participar en el proceso de crecimiento de los niños, solo se debe tratar de pasar el mayor tiempo posible.
La educación depende de tiempo y dedicación, la mayoría de respuestas que dan los menores son aprendidas por imitación, es decir, al observar a los adultos frente a las situaciones que enfrentan: dar las gracias, decir adiós, pedir el favor, disculparse, son ejemplos de los modelos de conducta que pueden seguir los más pequeños.
La idea es que el amor sea el ingrediente de todos los momentos felices, Se puede delegar tareas simples como, bañarlo, hacerle de comer, pero, nunca se debe delegar el dar afecto. Un te quiero y un abrazo son formas de demostrar ese cariño que se siente, adicional, es la forma de enseñarle a amar.
Tiempo de calidad = momentos felices
- Despertar: levante a sus hijos con cariño. La paciencia es muy importante, tratar de que su amanecer sea recordado como un momento feliz.
- La comida: tratar de vincular a todos los miembros de la familia en los momentos de la cena. Es un espacio para disfrutar un conversación calurosa, preguntar por el día y qué se piensa hacer.
- Llegada de las labores: lo ideal sería que los padres e hijos llegarán a casa al mismo tiempo, pero, es probable que eso no se pueda. Hay que tratar que la llegada a casa sea feliz, saludar de forma calurosa y contagiar a los demás de un buen humor.
- Tareas: la orientación en la realización de las actividades que dejan en el colegio es una buena forma de enseñar responsabilidad. Los pequeños deben sentirse libres para hablar con los adultos y dialogar con confianza.
- Dormir: establecer rutinas de sueño, leer un libro antes de dormir, darse un baño o apagar todo.